Mientras en todo
el mundo estábamos pendientes de la mordida de Suárez, las atajadas de Keylor,
los piques de Robben, los goles de James, la humillación de Brasil y la victoria final de Alemania, hay goles contra
los derechos humanos que podemos haber pasado por alto y vale la pena resaltar.
Franja de Gaza. El día de la final del Mundial,
ya eran 170 los palestinos muertos —de ellos, 34 niños— y más de mil heridos
—cuya cuarta parte, al menos, también son niños— por los ataques
aéreos de Israel contra civiles en la franja de Gaza. Desde el día en que
Alemania le metió 7-1 a Brasil, el grupo palestino de Hamás ha lanzado más de 980 cohetes contra Israel, que no han dejado muertos gracias a que buena
parte han sido interceptados por la “cúpula de hierro” que protege su territorio.
Cerca de la medianoche antes del duelo entre Alemania y Argentina, Israel realizó
una operación por tierra para instalar una plataforma de lanzamiento de
cohetes, luego de pedir a unos
100 mil seres humanos, víctimas inocentes de un conflicto sanguinario, que
evacúen la zona fronteriza “por su propia seguridad”. Al menos 10 mil acataron el ultimátum y han tenido que desplazarse de su localidad.
Niños de Centroamérica. Cuando Holanda y Argentina se batían en penales, la policía mexicana liberó a 165 migrantes secuestrados
por el crimen organizado en Tamaupilas, demostrando los enormes riesgos que
corren los centroamericanos que emigran a través de México hacia los Estados
Unidos. Desde octubre pasado, 57.000
niños centroamericanos --sobre todo de Guatemala, El Salvador y Honduras-- han huido clandestinamente al
país del norte por la violencia de las pandillas en su tierra, aprovechando
una ley estadounidense que impide la deportación automática de menores, lo cual ha provocado
una grave crisis humanitaria. Como reacción, el presidente
Obama ha pedido 3700 millones de dólares para enfrentar el problema, pese a
que el Congreso no define aún la situación legal de 11 millones de personas que
viven sin papeles en esa nación.
Derechos políticos en Venezuela. Un día antes de que Holanda golee a
Brasil, por
denuncia de diputados chavistas, se abrió una investigación por “traición a
la patria” contra el alcalde Ramón Muchacho y el diputado Julio Borges, del
partido de Henrique Capriles, por haber participado en una conferencia del
Partido Popular en España. Este evento se suma a la lista de
violaciones a los derechos políticos en Venezuela, que han tenido su máxima
expresión en el encarcelamiento de Leopoldo López y la destitución de María
Corina Machado como legisladora, además de la grave situación económica y la
fragilidad del derecho a la vida en el país con la segunda
tasa más alta de homicidios en el mundo después de Honduras, según la ONU.
El fútbol es un fenómeno social inigualable para fortalecer el espíritu, fomentar la unidad y resolver los nacionalismos en una sana competencia deportiva que supera las pasiones de la guerra. Ojalá ese mismo ímpetu que nos mueve a festejar goles y lamentar derrotas, lo podamos direccionar para indignarnos por estas y otras graves violaciones a los derechos humanos a lo largo del mundo, como el conflicto en Ucrania, la violencia en Medio Oriente o las mismas restricciones de derechos que, salvando las distancias, hoy se tramitan en Ecuador. Algunos casos nos quedan más cerca que otros. La mayoría no podemos solucionarlos. Pero hablar de ellos, denunciar lo que está mal, en medio de millones que prefieren mirar hacia otro lado, ya es un grano de arena —o un buen pase— a favor de la justicia.
El fútbol es un fenómeno social inigualable para fortalecer el espíritu, fomentar la unidad y resolver los nacionalismos en una sana competencia deportiva que supera las pasiones de la guerra. Ojalá ese mismo ímpetu que nos mueve a festejar goles y lamentar derrotas, lo podamos direccionar para indignarnos por estas y otras graves violaciones a los derechos humanos a lo largo del mundo, como el conflicto en Ucrania, la violencia en Medio Oriente o las mismas restricciones de derechos que, salvando las distancias, hoy se tramitan en Ecuador. Algunos casos nos quedan más cerca que otros. La mayoría no podemos solucionarlos. Pero hablar de ellos, denunciar lo que está mal, en medio de millones que prefieren mirar hacia otro lado, ya es un grano de arena —o un buen pase— a favor de la justicia.
Twitter: @hectoryepezm
Caricatura de https://latuffcartoons.wordpress.com/tag/israel/
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